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El barro otoñal
en el que se ha convertido el camino. Los árboles aún están vestidos de colores brillantes. La lluvia reciente perfuma el aire. Un millón de hojas yacen en el suelo.
A medida que la niebla desciende, la madera secreta se enciende. El encantamiento es divino, el tiempo no tiene fin.
Vagando por el bosque, robando del pasado, recogiendo tomillo y haciendo té suavemente.
Rara vez permanece el silencio en este fascinante arroyo. Acaricia todo el conocimiento en los brazos del ahora.
Chloe Douglas, 1991
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