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Cada rostro es un milagro Un niño negro, con la piel negra, los ojos negros, el cabello encrespado o rizado, es un niño. Un niño blanco, de piel rosada, ojos azules o verdes, cabello rubio o liso es un niño. Ambos, blanco y negro, tienen la misma sonrisa cuando una mano acaricia su rostro, cuando se les mira con amor y se les habla con ternura. Derramarán las mismas lágrimas si están molestos, si están heridos. No hay dos caras absolutamente idénticas. Cada rostro es un milagro. Porque es único. Dos caras pueden parecerse, nunca serán exactamente iguales. La vida es precisamente este milagro, este movimiento permanente y cambiante que nunca reproduce el mismo rostro. La convivencia es una aventura donde el amor, la amistad es un encuentro hermoso con lo que no soy yo, con lo que siempre es diferente de mí y que conduce al enriquecimiento. Tahar Ben Jelloun
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